Mientras otros ciudadanos se gastaban en la lucha por el dominio de Roma, el joven Julio César por cuyo futuro político nadie apostaba se preparaba sin prisas para convertirse en el gran emperador que llegaría a ser.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información