Y así acaba esta historia que dio a Alí Babá riqueza y gloria: -¡Brindemos por nuestra buena fortuna, esposa mía, y por la cueva que, sin magia, no se abriría!
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información