Paul iba a morir en breve. Lo sabía y no había nada que pudiera hacer para evitarlo. El destino le había sentenciado a muerte desde el preciso momento en que había pisado Hosting? y ya era tarde para evitarlo.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información