Cuando vives en una familia de gente rara, te rebelas intentando ser de lo más convencional. Penny Baker se acaba de licenciar en Empresariales y es un buen ejemplo de esto. Su madre, Amalia, pertenecía a una tribu del Amazonas. Norm, su padre, era el líder
espiritual de un culto famoso entre antiguos hippies y dirigía un centro de salud holístico. Con sus hermanastros, mucho mayores que ella, la relación es nula. Uno es carismático, malvado y obscenamente
rico y el otro es un fotógrafo que vive en una isla del trópico. Al morir Norm, Penny hereda la casa donde él creció, en un barrio de Nueva Jersey en proceso de gentrificación. Cuando va a ver la vivienda, descubre que está habitada por un grupo de okupas encantadores que han renombrado la casa como «Nicotina», en apoyo y defensa de los derechos de los fumadores. Ellos tienen la pasión y la alegría de vivir que ella tanto ansía y le ofrecen el sentido de pertenencia a una comunidad que nunca antes había experimentado. Penny decide mudarse a una casa cercana a «Nicotina» y no tarda en involucrarse
en el fervor político y en el compromiso social de sus nuevos amigos.
