Yo soy una persona normal, de carne y hueso, mi alimentación ha sido igual o muy parecida a la tuya. He crecido con los mismos platos que todo el mundo. Y fui poco a poco cambiando mi alimentación, no toda, algunas cosas, para hacerla mucho más saludables. Te puedo decir de primera mano lo que se nota esto en todo! En la piel, el pelo, las uñas, y en cosas que no se ven como el descanso, la serenidad, el sentirse mejor con uno mismo. No pienses que soy una persona mística, te aseguro que soy como el común de los mortales. Te voy a contar una anécdota, fui a hacerme unos análisis como me hago todos los años, fue una sorpresa, o se me quedó grabado el comentario de mi médico cuando fui a entregárrselos, me dijo tienes unos de los mejores análisis que he visto, pero ¿tu qué comes? Y ese fue el punto que me hizo empezar a pensar en todo esto y me reconfortó la idea de que comer sano no es ni complicarse la vida, ni aburrido, simplemente se trata de comer comida normal, la de toda la vida y darle un toque creativo para hacerlo . Esta forma de alimentarnos es absolutamente cultural. Yo he nacido en España y tengo una alimentación mediterránea, pero si hubiera nacido en cualquier otra parte del mundo, mi alimentación sería otra. Mi paladar estaría acostumbrado a otros sabores y mi cuerpo me pediría otras sensaciones . con esto te quiero decir que el paladar se educa, modifica. Considero que tenemos el paladar educado o acostumbrado a la alimentación que tenemos, diría que atrofiado por tanto dulce y ultraprocesados que han surgido en los últimos años y que nada bueno aportan. llenos de aditivos y sustancias que enganchan...
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