Quienes visitan el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial no pueden por menos que sentirse impresionados por la grandiosidad del monumento y por lo que en la historia de España supuso durante muchos años. Fue un lugar privilegiado en el que se solazaban los Reyes y sus familias y al que acudieron embajadores y otros representantes de la monarquía de los países más importantes del mundo para rendir pleitesía a los reyes españoles y a los que había que acoger en las dependencias del palacio y en los edificios que en torno a él fueron surgiendo, y homenajearlos debidamente, conforme al protocolo al uso y a su categoría y dejando en el lugar que entonces correspondia a la corona española.