ACTO II: LA DESCREENCIA es un desesperado y furioso diálogo con lo divino; una sombra arrojada sobre lo sagrado; una duda que apuñala, sin piedad, la nada. La impasible sociedad presente ha destruido su último refugio espiritual.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceiros, para mellorar a súa experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta o seu uso.Máis información