La Historia de España tiene capítulos de diversa índole. Algunos los recordamos como una secuencia histórica, tal es el caso de una sucesión al trono, otros como un cambio de era: Las Navas de Tolosa, la conquista de Granada, el descubrimiento de América o la vuelta al mundo de Juan Sebastián de Elcano. Y hay muchos episodios puntuales que tal vez no tuvieron un impacto histórico como para quedar grabados en la memoria colectiva, pero que sin duda han forjado nuestro carácter, nuestros valores y han configurado lo que somos hoy en día. Uno de esos episodios es la tragedia en la Ría de Vivero del 2 de noviembre de 1810, con la Fragata Santa María Magdalena y el Bergantín Palomo.
Es posible que muy poca gente en nuestro país haya oído hablar de este terrible suceso, equiparable, a mi humilde entender, a la desgracia del Titanic, al menos por número de víctimas.