Maria Concha Matos tiene una poesía profunda, sentida y con una gran estetica pero sin perder su toque de jovialidad y rebeldía. Sentarse a degustar sus versos es como descansar en un cómodo sofá para relajarse con una buena copa de vino tinto afrutado, joven y algo revoltoso pero con cuerpo. No os lo perdáis.