Eugenia de Guzmán, la elegante granadina, emperatriz de Francia que lo tuvo todo y todo lo perdió, aunque murió rodeada del amor de su única familia, los duques de Alba, a los que legó gran parte de sus bienes.
Su elegancia y vanguardismo en la moda, las obras sociales que promovió y su refinado gusto en decoración le ayudaron a poseer una de las colecciones más destacadas del segundo imperio francés, conservada en gran parte gracias a sus sobrinos.
Si algo define a la última emperatriz de los franceses es el amor entrañable por su familia como atestigua el cariño con el que es recordada.