Había una vez un hermano y una hermana que no se parecían en nada. Eran diferentes en todo. La hermana se quedaba en casa, leía y soñaba. El hermano jugaba afuera con sus amigos: reía y gritaba, pateaba y lanzaba la pelota, brincaba y retozaba. Por las noches él dormía profundamente en su cuarto. Ella permanecía despierta, acostada.
Rosa y su hermano se pelean todo el tiempo. A ella le gusta leer libros y le tiene miedo a la oscuridad, y a él le gusta estar en la calle jugando al fútbol y asustar a su hermana. Simplemente son muy diferentes para poder llevarse bien. Lo que necesitan para volverse amigos es una aventura juntos. Y eso es exactamente lo que encuentran en el túnel. De nuevo, un conflicto familiar es el inicio del viaje.