En la batalla entre las bacterias buenas y malas, los probióticos forman parte del bando de los buenos. Ayudan a luchar contra las cepas dañinas, fortalecen sistema inmunitario y son capaces de prevenir y curar enfermedades, y de aumentar el nivel de energía.
Incorporar bebidas probióticas a la dieta no solucionará del todo un deficit nutricional, pero sin duda ayudará a reparar el daño que las comidas de difícil digestión (como el trigo, las legumbres o los azúcares procesados) puedan haber causado a tu flora intestinal. Este libro recoge un buen número de recetas con zumos, fáciles de realizar en casa, y que siempre incorporan alimentos que mejorán tu rendimiento y reforzarán tu sistema inmunitario.
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