Un anfiteatro donde se disecaban animales, una duna escondida en pleno centro de la ciudad, el vestigio más antiguo del Muro de Berlín olvidado en Pankow, el excepcional interior de una iglesia expresionista, un edifício que es una copia del Palacio Farnesio en Roma, los vestígios de un campo de acogida para los que pasaban del oeste al este, un edificio de hormigón de 12 000 toneladas para medir la solidez del suelo, una performance luminosa en la capilla de un cementerio, una obra maestra desconocida de la arquitectura brutalista, la colina artificial desde donde el pionero de la aviación Otto Lilienthal hizo sus primeros intentos de vuelo, una calle que cierra de 22 h a 6 h para proteger la actividad de los castores, Lejos de las multitudes y los típicos clichés, Berlín sigue guardando tesoros escondidos que desvela únicamente a los habitantes y viajeros que buscan salirse de los caminos trillados.
