¡Oh!, chocolate! negro, con leche o blanco. Con toques de vainilla, regaliz o café; condimentado con frutos secos o licor; combinado con peras, fresas o naranjas... ¿hay algo más irresistible, más agradable y tentador? ¿Cómo expresar el placer de saborear un praliné, el crujido que se produce al morder una tableta, o la infinita dulzura de un chocolate caliente? ¿Qué decir sobre la sensación que nos proporciona el degustar una mus, el encuentro con almendras y avellanas, la mezcla del caramelo o simplemente la visión de una montaña de profiteroles?