Rubén procede de una familia humilde de Badalona, se codea día a día con artistas y personajes famosos, viste ropa de marca, huele a perfumes caros, fantasea cada noche con Mónica Bellucci, es cocainómano, putero y madridista confeso y aún así, no es feliz.
Lucha día y noche contra su corazón para olvidar a Angie, la puta de Angie, su novia de toda la vida que le ha abandonado. Odia a su padre tanto como adora a su madre y se castiga a diario por no ser como Manolo Lama y tener que alternar con frikies de mala calaña. Día a día trata de pasar página abusando más de la cuenta de las drogas junto a un viejo amigo del instituto y quedando con chicas que sólo le quieren por su coca y su polla, en este justo orden.
Muriendo poco a poco en mil noches de risas, copas y rayas de farlopa deambula por la vida peleando por recuperar su dignidad como persona, pero siempre con el nombre y el recuerdo maldito de Angie martilleándole la cabeza, arrastrándole a sufrir penurias jamás imaginadas bajo la misteriosa presencia de Paulo Coelho.