(...) También hizo hincapié en que pese a las miles de clasificaciones las formas varían y que tal vez, muy probablemente, las hojas no encajen totalmente con esta clasificación.
Que recolectar hojas y reconocer árboles es una forma hermosa de resistir: devenir sueño de células: dibujarlas y respirar.
Ahora que estás aquí: dibujemos un olmo chino:
que nos recuerde el camino rumbo a la esscuela y los días en que podíamos ver cerros.
Una llamada telefónica nos informa que a dieciséis kilómetros de distancia una bacteria ha invadido algunas células de la maestra Olmedo y hay un virus acechando.
Miro en tus ojos el miedo siento en mis rodillas el miedo: lo abrazamos y tarareamos una canción de cuna hasta quedarnos dormidos.