Con la construcción de los acorazados España, Alfonso XIII y Jaime I, comenzó en el astillero del arsenal de Ferrol una tardía y definitiva revolución industrial.
La Sociedad Española de Construcción Naval fue creada a la sombra de una decisión política de largo alcance, impulsada por el gobierno de Maura y refrendada con unanimidad por el Congreso y el Senado en el año 1908 para llevar a cabo un Plan de Escuadra que implicaba la creación de una industria de construcción naval militar adecuada a las necesidades de la política de defensa.