Mi papá es el más dulce del mundo –dice Juan–. Puedo colgarme de su brazo, volar sobre su cabeza, montar sobre su espalda, contarle los dedos, hacerle cosquillas… ¡y muchas cosas más!
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información