Jakob Fender vuelve en sí y no puede recordar nada. Ni siquiera su propio nombre. Alguien casi lo mata a golpes con un bate de béisbol - intento de asesinato. Hay poca evidencia del crimen, solo que el perpetrador usó otra arma que casi le cortó los dedos de la mano derecha a Fender. Sin testigos, los inspectores jefes Zorn y Schröder solo esperan que el recuerdo de Fender de la noche del crimen finalmente regrese.