La comunicación no tiene idiomas ni fronteras. Pero la contaminación acústica llega a demasiados ámbitos. Sencillez y riqueza en una ilustración absolutamente elocuente.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceiros, para mellorar a súa experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta o seu uso.Máis información