Deportado de Londres en mi primer intento por entrar al Reino Unido, regresé a México y durante la escala en el aeropuerto de Dallas, Estados Unidos, me recluyeron en una celda. Volví a Inglaterra, trabajé en un restaurante italiano, ahorré dinero y viajé. Me establecí en Madrid e hice lo mismo, pero estudié un poco de fotografía y comencé a fotografiar inmigrantes africanos e hindúes.
Viajé a México, donde me interesaron los centroamericanos que están en rehabilitación por perder sus extremidades al caer del tren en que viajaban a los Estados Unidos. Cuando conocí la frontera sur entre México y Guatemala, me di cuenta que el problema va más allá de una frontera física y de un grupo de inmigrantes abordando trenes hacia Estados Unidos.