Ahora, encubierto en un culto del fin del mundo en una remota isla escocesa, tiene treinta y seis horas para detener el asesinato en masa de miles de personas.…Pero en el mundo de los adoctrinados, Michael pronto se da cuenta de que todo el mundo es un enemigo potencial. Está acostumbrado a que su propia vida penda de un hilo; nunca antes había estado tan cerca de romperse.