Grandes hoteles de congresos de la época socialista, populares salones de baile construidos a menudo con materiales prácticos y funcionales pero de escasa longevidad, fábricas abandonadas, edificios transformados en museos, edificios transformados en museos, cuarteles convertidos en viviendas o destruidos para dejar paso a paneles solares...
Más de 15 viajes de exploración urbana han permitido a Aurélien Villette pintar un cierto retrato de la Alemania contemporánea, un territorio marcado por numerosas fracturas históricas que el tiempo ha suavizado para dejar un único recuerdo compartido.