MONTSE GARCÍA; GARCÍA BEA, MONTSERRAT
La diferencia con el resto radicaba en lo que él hacía con la pelota en los pies. Allá donde iba destacaba por su talento innato y su precisa zurda. Sin la madurez impropia para un chico de su edad, las exigencias de su madre y el buen asesoramiento de su círculo más cercano no habría sido posible hablar hoy de su trayector ia.