BIENVENIDOS A LA MAISON HERMÈS La historia jamás contada de una firma mítica y de una familia revolucionaria: de la primera silla de montar al «carré» Hermès, la exaltación de un mundo en vías de extinción y toda una filosofía del lujo artesanal.
«¡Qué increíble familia, la de Hermès! [...] Lo que en verdad fascina es la poesía de los habitantes de la casa. Todos poseen la esencia de los personajes de una novela». Valentin Pérez, Le Monde (Le Magazine)
Cuando el guarnicionero Thierry Hermès instaló su taller en París, por las calles de esta ciudad circulaban unos ochenta mil caballos, y los jinetes más distinguidos encargaban sus sillas de montar a este artesano. Sin embargo, tras la Primera Guerra Mundial, los caballos se vieron sustituidos de forma progresiva por automóviles, y al nieto del fundador, Émile, no le quedó más remedio que reinventarse. Empezaría por hacer maletas, a las que añadiría un artilugio revolucionario: el cierre de cremallera. Luego llegarían los bolsos de mano, en bandolera o con correas, cabás, alforja o pochette, el mítico «carré» y tantos artículos, siempre con el afán de innovar, de cuidar la fabricación artesanal, y de no hacer nunca demasiado ruido. Estuvo a punto de irse a pique, pero hoy Hermès sigue siendo regentada por la misma familia y es la única gran empresa del lujo que ha logrado mantener su preciada independencia.
Por primera vez, Hermès ha aceptado abrir las puertas del número 24 del Faubourg Saint-Honoré a un escritor y gran viajero, Frédéric Laffont, y este ha escrito una biografía novelada llena de vitalidad y tan apasionante como lo son sus propios protagonistas.