La oruga era muy pequeña, pero tenía un hambre enorme. Así que se pasó todo este cuento comiendo, atravesando página tras página. Hasta que finalmente se convirtió, como todas las orugas, en mariposa.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información