«El libro que el lector tiene ante sus manos es, al propio tiempo, un eficaz instrumento de trabajo y un poderoso estímulo para la reflexión.
Que es un instrumento de trabajo eficaz se desprende ya del subtítulo que orienta sobre su contenido: Guía de aplicación del Sistema de Baremación para accidentes de circulación. Una guía, ciertamente, rigurosa y amplia. La colaboración en la obra de autores prestigiosos de distintas procedencias y cometidos profesionales, profesores de Universidad, abogados y médicos, permite, en efecto, un tratamiento completo y equilibrado de la materia.
Destaca el estudio de los principios técnico-jurídicos que es necesario conocer para orientarse en la aplicación del sistema para la valoración del daño corporal derivado de accidentes de circulación, el cual, aunque es usualmente denominado baremo, según ha expresado acertadamente Mariano Medina, uno de los autores que colaboran en esta obra, más que un baremo, o un sistema de baremos, es un sistema con baremos. Se engaña quien crea que una aplicación automática -si se me permite: ciega, ajurídica- del sistema agota su virtualidad práctica: la aplicación de principios y técnicas generales del Derecho, a la luz, en ocasiones, de su toma en consideración en el Derecho comparado, nos sorprende cada vez más en materia de valoración del daño corporal por las ricas virtualidades que envuelve. El trabajo de López García de la Serrana sobre el lucro cesante es suficientemente expresivo de esta idea.
Pero esta obra es también un poderoso instrumento de reflexión. Hoy nadie duda acerca de la trascendencia del sistema de valoración. Nadie discute la actualidad práctica de la cuestión para la ciudadanía, respecto de la cual el Derecho de daños constituye una de las manifestaciones más evidentes de la popularización del Derecho civil, pero tampoco la impensable profundidad técnica que ha adquirido, la cual ha dado lugar desde el primer momento a intensas, vacilantes y contradictorias intervenciones jurisprudenciales y ha obligado a pronunciarse sobre la materia al propio Tribunal Constitucional, que tampoco ha logrado una explicación acabada del sistema».
Juan Antonio Xiol Ríos
Presidente de la Sala Primera del Tribunal Supremo.