Diego Solo trabajo con ella. La besé porque quería hacerlo. La he ayudado. Ella a mí. Eso es todo. ¿Por qué, entonces, me cuesta tanto respirar Matilda? Si pudiera deshacerme de este miedo que me frena, le besaría. Este terror a las consecuencias, al futuro, a sentir demasiado, a lo desconocido... Los envuelve esa clase de energía electrizante que lleva días contenida, ese silencio que grita lo que ambos llevan semanas fingiendo que no existe y que no lo desean con todas sus fuerzas.