Unas memorias que, además de mostrarnos la faceta más genuina de la URSS, nos acerca a los conflictos, sueños y miedos personales de la autora. Entre la investigación de la figura de Anatoli Lunacharski, la consulta de expedientes confidenciales, el ascecho de la KGB y la inteligencia soviética, también conocemos su relación amorosa con el editor de la publicación Novy Mir, Ígor Aleksándrovich.