YZUR. El tema de este relato de ficción científica es el experimento que realiza un hombre para intentar que un mono hable. Tal asunto esconde, bajo su aparente sencillez, varios importantes puntos que serán objeto de nuestra atención.
Partió Lugones para la redacción de su cuento de la teoría involucionista que, de manera contraria a lo que afirma la hipótesis evolucionista, sostiene que hubo un retroceso en el desarrollo de la humanidad hasta alcanzar el estado animal. Es decir, que el mono es un hombre involucionado. El autor argentino se inspiró en la obra de Madame Blavatsky, quien influyó considerablemente en la ideología del movimiento modernista, y en cuyo Glosario teosófico escribe:
Opuestamente a lo que afirman los naturalistas modernos, el hombre no desciende del mono o de algún antropoide de la presente especie animal, sino que el mono es un hombre degenerado.
El narrador del relato parte, en cambio, de un postulado harto más simple que sin embargo llega a convertirse para él en una obsesión antropológica. Así, recoge una tradición de Java que atribuye la falta de lenguaje articulado en los monos a la abstención, no a la incapacidad: «No hablan, decían, para que no los hagan trabajar».
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