El relato de Meisler comienza con la narración de sus orígenes humildes en Ghana hasta su ascenso a estadista mundial. El autor consigue un acercamiento ponderado a su compleja figura. Una buena parte del libro se centra en el papel que ha desempeñado en la resolución de conflictos. También habla de sus decepciones y fracasos, como la guerra de Irak, que no pudo evitar pero si personificó la perplejidad y el disgusto del mundo por el abuso americano; o la crisis de petróleo por alimentos, provocada por la codicia de su hijo, que provocó el asedio de la Casa Blanca y de los medios de comunicación. Sus reticencias a aceptar el hecho dio la sensación de que ocultaba la verdad. Como dice el propio Meisler en el prólogo de su libro: "era cómo si se tambaleara un estadista universalmente admirado". Se propone llegar al fondo de este asunto y muchos otros, y lo consigue.
