El encuadramiento de la División Azul en el Grupo de Ejércitos Norte condicionó sus despliegues y sus acciones de combate. En julio de 1942, el Alto Mando decidió su traslado al cerco de Leningrado con vistas a la toma de la ciudad. Sin embargo, la operación quedó cancelada iniciándose una guerra de trincheras que culminaría en la batalla de Krasny Bor. Cuando aquel 10 de febrero de 1943 el Ejército Rojo se lanzó, con todo su poderío y toda su fuerza, contra la División Azul, esta llevaba varios meses ?desde el septiembre anterior? ampliando su sector de frente, y tenía comprometidas a todas sus fuerzas. No quedaba ninguna masa de maniobra con la que contraatacar, o repeler un ataque secundario que se hubiera lanzado contra otro de los segmentos de sus trincheras, que en ese momento eran una simple línea de contención, sin ningún respaldo en retaguardia. Krasny Bor fue una batalla a vida o muerte, en la que se puso toda la carne en el asador.