Tres temas dominan las principales experiencias del narrador de En busca del tiempo perdido: la representación, la imaginación y la memoria involuntaria. Ligadas al primero, se encuentran las experiencias de separación, de abandono y de extrañeza frente a la realidad. Ligados al tema de la imaginación, la perpetua decepción del narrador, los celos, las ilusiones y las desilusiones del amor. En cuanto a la memoria involuntaria, además de atestiguar una existencia tan intemporal que podría sustraerse a la muerte, nos descubre que la realidad no se encuentra fuera, sino en lo más recóndito de nosotros mismos. Así, pues, no tiene sentido observar la realidad para describirla, ni describirla para restituirla. Por el contrario, solo podemos recuperarla sacándola de nuestro interior. Pero esta materia del arte aún debe ser transmutada para que se pueda reconocer su verdad. Y ese es el cometido de la literatura.