Ana disfruta de su lugar favorito y nunca deja de maravillarse de los pequeños detalles. Ella disfruta y admira, estando cerca o lejos del mar, porque en él caben la música, los sueños, los recuerdos. En el mar cabemos todos y todas.
Valores implícitos: La protagonista de este cuento nos enseña que nunca deberíamos perder el poder de admiración y de sorpresa, encontrando en la vida cotidiana esos motivos especiales y disfrutar de ellos, sin importar la edad que tengamos.