Del mismo modo que sucede con Homero, la existencia de la figura de Esopo (c. siglo v a. C.) suscita muchas dudas. Las distintas fuentes no dan una información concluyente al respecto de su lugar y fecha de nacimiento, aunque sí se coincide con frecuencia en el hecho de que fue asesinado, acusado injustamente de robo. Su único trabajo conservado, las Fábulas, recopiladas por escritores e historiadores posteriores, constituye una gran influencia para la narrativa europea. Se trata de pequeños relatos de origen popular con una estructura común muy marcada. Al planteamiento de un conflicto entre uno o dos personajes, generalmente animales, y a la toma de una decisión, con sus correspondientes consecuencias, le sigue una moraleja. De ello son buenos ejemplos las célebres fábulas de la liebre y la tortuga, la zorra y las uvas o el pastorcillo mentiroso, que forman parte del imaginario colectivo de Occidente.
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