La aspiración de los seguidores de Jesús es tener presente a Dios decontinuo en la vida cotidiana. La perfección no consiste en evadirsede las ilusiones y alegrías, de las obligaciones y dificultades que se experimentan cada jornada, sino en ejercitarse en la compañíaconstante del Señor, referencia central de nuestra vida: cuandotrabajamos y cuando descansamos, cuando estamos de viaje y cuando nosperdemos en el bosque de nuestros pensamientos, cuando tenemos salud y cuando sobreviene la enfermedadà Hoy sigue siendo posibleexperimentar el amor de Dios, que permite vivir en plenitud yentregarse a los hermanos sin reservarse nada. De la mano de estesanto sencillo y discreto podemos aspirar a la máxima dignidad, tantohumana como espiritual, y conservar la paz del corazón.