El césped es fuente de inspiración para muchos jardineros: transforma en pocas semanas un terreno baldío en un oasis de verdor. Sin embargo, en jardines situados en clima seco y, de manera más general, en muchas otras regiones debido al cambio climático, mantener este bonito manto verde implica una lucha constante, así como un consumo desmesurado de agua y fertilizantes, para llegar a obtener un resultado a menudo decepcionante.