La época posterior a la Guerra Civil Española de 1936 creó una clase social media cuya ilusión en aquellos momentos tan difíciles era conseguir un empleo en las oficinas de la Falange o en la Administración. Ser empleado del Instituto Nacional de Previsión era el mayor sueño y la mayor aspiración de un joven, una vez terminado el Bachiller. Había muy pocas universidades y en las familias muy poco dinero para invertir en la formación de un hijo. ¡Había que comer! Nuestro protagonista, Titín, se inició por ese camino, pero su ambición lo llevó a cometer toda clase de tropelías. Esta es la historia de su indecente vida.