Custodio es un mozo a punto de cumplir los 18 años que trabaja como acólito para todo en la catedral compostelana.
Impregnado de una fe ciega, es conocedor a fondo de toda la liturgia y los cantos propios, que entona con piedad, afinación y buena voz.
Vive con angustia los peligros que corre el Códice Calixtino de ser robado, para lo cual toma sus propias medidas, lo que da lugar a una divertida intriga que se prolonga, en sus obsesiones, hasta el Grial de O Cebreiro.
Historia pavera y entrañable, que cuenta su amigo Lois, periodista encargado de la información del templo catedralicio.