Finalmente, se produjo una muerte. El cadáver apareció en El Pozo, tirado entre unos cartones. Supongo que ése fue el auténtico comienzo de mi historia o, al menos, el principio de la increíble aventura que, a raíz de aquella muerte, protagonicé.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceiros, para mellorar a súa experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta o seu uso.Máis información