El libro consta de 12 cuentos cortos, escrito en prosa y en verso, con un lenguaje adaptado a los niños y con mucha rima, con tipografía infantil, con colores y palabras locas (me he permitido licencias poéticas para hacerlo divertido).
Cada cuento ha nacido de una necesidad de mis hijos, del día a día viéndoles crecer y cambiar, de sus curiosidades y anhelos. Aspectos que no podían entender con los libros clásicos, tan importantes como el miedo a dormir en su habitación, la importancia de cuidar de la naturaleza o, simplemente, reírse con historias locas con diferentes personajes.