Más allá de los hechos que construyen nuestra pequeña historia, algunos recuerdos -ya ciertos, ya falsos-, para serlo, necesitan de las palabras, palabras capaces de atrapar la noticia que se esconde tras un olor, un sabor, un tacto, un sonido, una imagen. Palabras que acierten a devolvernos una recreación reconocible de nosotros mismos.
Esta serie de apuntes, pequeños escritos nacidos de una sensación o impulsados por ella, que en no escasas ocasiones sugieren un descarnado toque de realidad y sobreponen la razón a la emoción, removerá en quien los lea algo de su propia experiencia, de sus días ya irremisiblemente perdidos