La composición de las Geórgicas se produce en el punto culminante de las capacidades artísticas de su autor, en la rara conjunción de inspiración y oficio que sólo la madurez serena es capaz de propiciar. Virgilio, instalado como paladín poético de la revolución, instaura el predominio de los valores de la «romanitas» sobre todo el orbe.
Con el poema geórgico se propone Virgilio la recuperación del agro itálico, el renacimiento de una ética enraizada en la tierra, el retorno a las virtudes y costumbres ancestrales sobre las que se había fundamentado la añorada grandeza de la antigua Roma. Una composición de intencionalidad social y política, que reencontrándose con las esencias patrias trata de responder al mismo tiempo a las necesidades económicas de la Italia del momento. Una obra que para el experto merece la categoría de obra maestra y que para cualquiera posee el atractivo de descubrir un mundo de sensibilidad ante la naturaleza y de respeto hacia las formas de vida que ella genera y nutre.