Firma del anterior propietario.
Gulli, el viejo portero de uno de los más conocidos hoteles de Reykjavik, aparece desnudo y acuchillado hasta morir en su miserable habitación en el sótano. Erlendur Sveinsson decide alojarse en el mismo hotel en busca de la asesina, que, de eso cree estar convencido, aún debe permanecer muy cerca.