La práctica de baños de ola con fines de ocio o terapéuticos empezó a generalizarse en la España cantábrica desde mediados del siglo XIX, cuando el trazado de los ferrocarriles permitió la llegada de veraneantes foráneos. En este libro podrá encontrar el lector una pormenorizada crónica del balnearismo litoral en la costa de Asturias, donde tuvo dos focos principales en Gijón y Avilés, y otros secundarios en la Villas del Oriente: Ribadesella y Llanes.